El pan de cada día
México nació al siglo XX con una aspiración que no dejó de acompañarlo después: ser un país moderno. El concepto de la modernidad se usaba ya desde finales del siglo pasado, pero fue después de la revolución mexicana cuando pasó a ser parte de la vida diaria de algunos mexicanos –sobre todo de los habitantes de las ciudades. Gracias a los acelerados avances de la tecnología en el mundo, la modernidad se introdujo en la vida doméstica. La instalación del sistema de luz eléctrica y el uso de combustibles como el petróleo y el gas revolucionaron el quehacer cotidiano, y tocó ser a la cocina en especial, el ámbito receptor de los cambios e innovaciones del momento, que transformaron los hábitos de consumo, las maneras de mesa y las costumbres alimenticias.