Atlixco: pasajes de su historia, estética y tradiciones
El libro explora la riqueza de la historia del municipio de Atlixco. En el primer capítulo se presenta una reflexión en torno a la fundación de la Villa de Carrión, como una problemática inscrita en el contexto del derecho español del siglo de oro, donde la naturaleza de los indios fue puesta en cuestión, bajo la sospecha de una mirada conquistadora que calculaba sus ganancias bajo la lógica de la sumisión, una vez más, el problema de fondo era la tenencia de la tierra y la explotación de sus recursos.
En el segundo capítulo resalta la importancia de los franciscanos y del Convento de san Francisco para la fundación y, sobre todo, para el desarrollo de Atlixco.
En el tercer capítulo se aborda uno de los pasajes más controvertidos y apasionantes de la historia del municipio: la Batalla del 4 de mayo. Para analizar este importante acontecimiento se recurre a una lectura de los partes de guerra del general Ignacio Zaragoza; así como, de las opiniones de historiadores y otros expertos al respecto.
Posteriormente, en el cuarto capítulo se hacen patentes las transformaciones más importantes del centro histórico de Atlixco en el siglo XX, tomando en consideración los elementos estéticos que lo caracterizan y lo hacen único en la región, desde luego, considero que en sus elementos principales pueden leerse cuatro dimensiones de Atlixco: el mundo prehispánico, colonial, industrial y contemporáneo.
A continuación, en el quinto capítulo se estudian los murales de Faustino Salazar, uno de los últimos representantes del muralismo mexicano, con motivos alusivos a la historia mexicana y que, actualmente, pueden disfrutarse de manera pública en la Galería de Arte Municipal Francisco Morales van den Eynden.
En el capítulo sexto, se rastrea el origen de la fiesta étnica más grande del estado de Puebla: el Huey Atlixcáyotl, resaltando el papel de la sociedad civil en el rescate y la producción de las tradiciones.
En el capítulo séptimo, se estudia la riqueza gastronómica de la región. Sobra señalar que gran parte de la magia que nos distingue radica en la riqueza de nuestros platillos, en este sentido la dimensión estética de la región puede comprenderse a partir de una preparación los chiles en nogada, un platillo cuyo nombre está ligado a nuestra historia y que representa la conformación barroca, colonial y mestiza de México.
En el último capítulo, se hace patente la importancia del turismo, resaltando su capacidad transformadora, reconociendo el impacto de una de las políticas públicas más exitosas en la materia, ya que la denominación y el reconocimiento de los Pueblos mágicos, han hecho de nuestro país una potencia turística y uno de los destinos más buscados por los visitantes.