Enigmas del silencio
Ricardo Pérez Campos provoca curiosidad: nos conduce a descifrar distintas reminiscencias, nos hace sentir, inspirar, recordar y asociar. En un estado de quietud que pocos nos atrevemos a crear y donde no hay lugar para las vibraciones cotidianas, el texto juega con el olor a hojas secas; atrapados en laberintos de piedra novohispana, los registros del poeta citadino atestiguan las miradas impresas de portales de cantera y arte urbano, donde encuentra rincones de inspiración, aventura, intimidad y singularidad, para dejar testimonio metafórico de lo que toca y sensibiliza. Es la vivencia, difícil de comprender, salvo de quien lo vive y lo provoca, en un silencio encubierto, imposible, inefable. La poesía se encuentra imbuida en todas las cosas, incluso en aquellas que nos resultan tan intangibles y enigmáticas como el silencio.