Las ausencias
Las ausencias es un libro que hace justicia poética. Pone nombre y apellido a cientos de personas que se encuentran desaparecidas. Grita las circunstancias en las que desaparecieron. Denuncia la inacción de los responsables de proteger a esta gente que ya no está, pero sigue presente en tantos otros a los que se les arrebató de tajo gran parte de su existencia.
Ante el fenómeno de la desaparición de personas que padece el estado, este poemario se convierte también en un documento descarnado que habla de nuestro tiempo, de este tiempo, en el que salir a trabajar, ir a la escuela o divertirse es un riesgo de no volver, y que se sufre seas quien seas, vengas de donde vengas.
Para los culpables y para sus cómplices Fausto Salcedo Rivera tiene una sentencia: “Que los ojos de los desaparecidos los persigan por siempre, y que los llantos de las madres nunca los dejen dormir”.