Rotura
Hay libros que son despedidas. Este es uno de ellos, y no cualquiera: aquí una honda voz poética marca en cada página la frecuencia rítmica que la une a los latidos del padre, incluso en su ausencia. ¿Qué hacer, a qué médico de guardia o a qué divinidad solicitarle que las estaciones no avancen, que la enfermedad se ralentice o que al menos el aire de los días se acomode a lo irreversible? El deseo es que una burocrática ciudad de los muertos traspapele su trámite. Rocío Villanueva traza los altibajos de la rotura que avanza impulsada por signos contradictorios –la esperanza y la angustia, el ruego y la incredulidad, la resignación y el desconsuelo, la rabia y la fe–, una línea discontinua que va dibujando los silencios blancos de la pérdida. Lo que prevalece va más allá de todo espacio y tiempo imposibles.