Mariano Otero
Académico, político y jurista
Hacia 1841, en apenas veinte años de independencia, México había ensayado diversas formas de gobierno: el imperio, el triunvirato, el presidencialismo —con dieciséis relevos en el poder—, además de haberse regido por una constitución federalista, una centralista y haber sufrido la pérdida del extenso territorio de Texas. Aquellas dos décadas, nombradas por la historiadora Josefina Z. Vázquez como “las de las desilusiones”, apareció con fuerza la voluntad y el intelecto del jalisciense Mariano Otero.
Otero fue una de las figuras centrales de la política en México en el siglo XIX. En el prólogo a este libro, Guillermo Raúl Zepeda Lecuona nos dice que Otero fue el más acabado exponente de la ilustración en el occidente de la República. Enrique Ibarra Pedroza, autor de este ejemplar, nos presenta en sus páginas a Mariano Otero en sus diversas facetas: como analista social de la realidad mexicana; como constituyente que traduce su cono¬cimiento de la estructura económica y política de los elementos sociales en propuestas viables y factibles; como político constructor de consensos; el ingeniero de la representación nacional; el legislador basado en diag¬nóstico y en evidencia y orientado a resultados; el penitenciarista; el académico; su actuación durante la invasión norteamericana y su lucha infructuosa por una paz justa; su brillante labor como constituyente de 1847 (donde dejó su gran legado constitucional); su gestión como canciller; su propuesta de reforma al poder judicial desde el Senado, entre otras tantas posiciones y labores que cumplió
Mariano Otero. Académico, político y jurista es un ejercicio de recuperación y de memoria sobre uno de los intelectuales más importantes de su tiempo, revisado y comentado con gran rigor y detalle.