Gente paisajosa
Por nuestro rumbo ha habido desde siempre gente muy paisajosa y hay miles de historias que muchos sabemos y que considero no deben perderse, por la única razón de que a mí me divierten y que espero gusten a mi contertulio hipotético.
He tratado, hasta donde me acuerdo, de narrar quién me las contó o cómo me enteré de ellas, desde luego autorizado tácitamente por ellos o ignorándolos cuando no desearon ser mencionados. A final de cuentas es un ejercicio de ser bobo y querer enterarse de particularidades de otros y guardarlo en la memoria, porque muchas de estas pasaron ‒si es que existieron‒ hace mucho, cuando se dice que amarraban a los perros con chorizo y todos eran gente decente.
De esos tiempos hay un vestigio que me consta y ante su falta de explicación, consigno, por amor a la verdad.