La errática política de atención a la discapacidad
El caso de la Escuela Nacional de Ciegos y Sordomudos (Ciudad de México, 1928-1937)
Aunque el estado mexicano planteó sus primeras políticas específicas de atención a personas sordas o ciegas durante el último tercio del siglo XIX, el periodo posrevolucionario fue sin duda uno de los más complejos en términos de las alternativas que se exploraron en esos ámbitos, en especial en materia educativa y asistencial. De ese modo, la mítica Escuela Nacional de Sordomudos, primera institución creada y financiada con fondos públicos dedicada a aquella población y con una trayectoria de más de sesenta años, se fusionó en 1928 con la Escuela Nacional de Ciegos, casi tan longeva como aquella y de similar peso simbólico, dando con ello inicio a un periodo de continuos cambios internos producto de la propia inestabilidad del país en las décadas de 1920 y 1930, agravado por la inexperiencia o falta de formación de los directivos e incluso de muchos docentes, todo lo cual desembocó en una serie de movimientos sociales encabezados por los propios alumnos, que culminaron con el cierre de la institución en 1937.
Con rigor académico y basado en una exhaustiva recuperación de documentos de archivo, publicaciones periódicas de la época y lineamientos de orden administrativo, en este libro se narran y analizan los acontecimientos vinculados con la historia de la también denominada “Escuela para anormales”, la cual, a pesar de haber tenido una vida efímera, sirve como un excelente medio para reflexionar en el pasado –y el presente– de aquellos individuos y colectivos que todavía hasta hoy se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, no por sus condiciones físicas o sensoriales, sino por el inadecuado manejo de las instancias que pretendían educarlos y protegerlos.