El hijo del Estado (1882)
El 22 de agosto de 1882 apareció la primera de las diez entregas que conformaron la polémica novela El hijo del Estado. Novela realista, publicada en las páginas del periódico El Diario del Hogar, del editor y periodista Filomeno Mata. En dicho impreso, Hilarión Frías y Soto, con el seudónimo de Safir, estuvo a cargo de la columna “En torno del hogar”, donde incluyó una parcela muy importante de sus experimentaciones narrativas. A modo de corolario de esta especie de saga, El hijo del Estado fue la última obra en la que el autor abordó asuntos relacionados con el estado material y organizativo de algunos establecimientos médicos y educativos que se encontraban bajo la custodia del régimen porfiriano. Con tintes naturalistas, en esta narración Safir describió los modos de operación del Hospital de Maternidad y del Hospicio para Pobres, partiendo del recuento de los infortunios de Magdalena, una joven huérfana y madre soltera, quien, presa de la miseria, tiene que refugiarse en dicha institución, donde enfrentará un destino fatal que dejará a su hijo —simbólicamente llamado Adán— al resguardo del Estado. Mediante la exposición del futuro incierto de Adán y de las figuras femeninas que lo rodean, Frías y Soto pone en escena en esta novela los mecanismos disciplinarios que emplearon los discursos médicos y literarios para encorsetar los cuerpos ciudadanos, para ceñirlos al ajustado disfraz del progreso. Un disfraz que, como se observa en El hijo del Estado, sólo podía diseñarse y sostenerse a partir de una serie de violencias, ocultamientos y discriminaciones que explicarían, en gran medida, el estallamiento del movimiento revolucionario de 1910. La presente edición crítica de esta obra desconocida busca poner de nueva cuenta frente a la mirada del público del siglo XXI esas formas de representar las corporalidades que gestaron la, siempre inconclusa y desigual, modernidad mexicana finisecular.