Tres cuentos
La génesis de Tres cuentos se remonta a 1842, cuando a los 21 años Flaubert le escribió a su maestro Gourgaud Dugazon: “Tengo en la cabeza tres novelas, tres cuentos de género totalmente distinto y que exigen ser escritos de un modo especialísimo. Eso bastará para poder probarme a mí mismo si tengo talento o no”.
Desde entonces sembró el germen de una empresa que le tomaría 35 años concluir, en la que volcó investigaciones exhaustivas, viajes, iluminaciones místicas, bancarrotas, crisis familiares y, sobre todo, una tenacidad feroz por elevar el lenguaje y someterlo a su voluntad. En estas páginas, Flaubert no escribe: seduce. Palabra a palabra conduce el idioma como un amante exigente, hasta hacerlo ceder, entregarse y, finalmente, brillar.