Reseña

Durante tres siglos, la Inquisición marcó vidas y conciencias en Europa y América, imponiendo la ortodoxia cristiana a través del miedo y la violencia. Entre sus víctimas estuvieron los criptojudíos, forzados a ocultar su fe y a vivir en clandestinidad. Su doble existencia dio origen a sincretismos religiosos y a formas inéditas de resistencia que buscaban preservar la tradición mosaica frente a la intolerancia. Las investigaciones aquí reunidas revelan no sólo perspectivas individuales, sino también la interacción colectiva con estructuras de poder que dominaron la época. Esta mirada invita a comprender un pasado atravesado por la imposición doctrinal y a despertar empatía hacia quienes fueron obligados a asumir una fe ajena, reconociendo su capacidad de resistir, crear y trascender en medio de la persecución inquisitorial.