Indisciplinar las emociones. Cuerpos y política en el quehacer antropológico
¿Qué sucede cuando colocamos las emociones en el centro del quehacer antropológico?
Este libro propone un ejercicio de indisciplinamiento que desafía las fronteras tradicionales de la investigación social para situar los afectos, los cuerpos y las experiencias encarnadas como potentes herramientas analíticas, teóricas, metodológicas y políticas.
En un mundo atravesado por violencias múltiples ─desapariciones forzadas, despojos territoriales, racismos, violencias de género, desplazamientos y devastaciones ambientales─, las emociones no son sólo respuestas íntimas, sino paisajes colectivos que configuran memorias, denuncias, resistencias y horizontes de dignidad. Duelo, rabia, miedo, esperanza, amor y cuidado aparecen como claves para comprender la complejidad de lo social y, al mismo tiempo, como fuerzas que sostienen la acción política y la vida misma.
Indisciplinar las emociones reúne reflexiones de jóvenes investigadorxs que, desde México y América Latina comparten experiencias situadas de investigación en contextos de violencia. Sus capítulos apuestan por una antropología sintiente, encarnada y colaborativa que pone en cuestión los disciplinamientos androcéntricos y eurocentrados, y que abre posibilidades para descolonizar tanto el conocimiento como los afectos.
Fruto de la Jornada Antropología de las Emociones (2025) llevada a cabo en el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS, CDMX), este libro articula sus aportes junto con la conferencia magistral de Myriam Jimeno, una de las referentes más importantes en el campo, así como de los comentarios de las investigadoras Hiroko Asakura y Amaranta Cornejo Hernández. Sus páginas invitan a reconocer que sin emociones no hay cultura, ni vínculos, ni política posible.
Un texto imprescindible para quienes buscan pensar y sentir la antropología desde los cuerpos, los cuidados y las resistencias que emergen en escenarios de pérdida, dolor y esperanza compartida.