La guerra de intervención francesa en el sur del Sotavento Veracruzano
Barcos llegando por el Goatzacoalcos, no para llevar maderas, sino para traer la guerra. Zafarranchos, escaramuzas, plomo certero a soldados
distraídos, tiroteos esporádicos, balas de cañón a ninguna parte, retiradas estratégicas, persecuciones y encontronazos inevitables; Minatitlán, Jáltipan, y Cosoleacaque, una guerra al fin y al cabo.
Franceses cobardes que agonizan a la indefensa población civil y se muestran prepotentes contra las fuerza liberales. Indios dispuestos a la República e implacables con el enemigo. Yanquis colaboradores, no hay remedio, con tal de salvar la propia secesión sureña.
Por un lado, valentía discreta a toda prueba, machetes filosamente desgastados, calzones de manta raídos y extremidades descalzadas; por el otro, relucientes casacas rojas, medallas de otras invasiones, botas, sables, rifles y ruidosos cañones.
Imperialistas arrinconados en sus cuarteles flotantes. Derrotados, literalmente huyendo. Noticia conocida en toda Europa. La invencible Francia, abandona la costa del sur de Veracruz.