Manifiesto
Prospectiva del hábitat pospandemia
Más de una voz han señalado que la tierra, la nave donde todos viajamos, continúa haciéndonos una llamada de auxilio. Su llamado ha hecho oídos sordos a una gran parte de los responsables que tienen la obligación de acudir a dar respuesta rápida y concreta.
Algunos de estos responsables tienen y han tenido el deber de diseñar, planificar, desarrollar, administrar, proteger, conducir y gestionar cotidianamente los asentamientos humanos, los bosques, las ciudades, sus centros históricos, la movilidad, las periferias, las colonias y sus barrios…el hábitat.
Pero ello no ha sido así, más al contrario, han evadido su responsabilidad, han distraído la atención de las causas comunitarias por aquellas que interesan solo a unos cuantos.
Tenemos que reconocer que la mayoría de nosotros también ha contribuido a que esto suceda, permitiendo toda clase de abusos, desde aquellos que denominamos tolerables hasta otros que nos deberían dar vergüenza. Es por ello por lo que no estamos conformes con lo que tenemos y con lo que nos han dejado.
No es suficiente...
No lo merecemos...
Bajo el ritmo actual, los escenarios tendenciales se convierten en escenarios cada vez más catastróficos. Los cambios positivos son tan lentos que las grandes mareas de intereses políticos y económicos opacan y destruyen los discursos e iniciativas que buscan mejorar las condiciones y calidad de vida de todos.
En nuestro gremio y en las profesiones afines, el conocimiento, la experiencia, habilidades y cualidades técnicas y plásticas, continuamente se ven limitadas por el impulso de inercias enviciadas en la corrupción e incompetencia.
El rumbo poco a poco se ha perdido, el timón de nuestros destinos se encuentra sin conductor y las mareas son peligrosas, dañinas y sobre todo se enfilan a precipicios desconocidos.
Así, debíamos de reorientar nuestras voluntades, debíamos crear espacios de mayor alcance en la reflexión, la abstracción y el pensamiento para entender lo que somos, sabemos y lo que podemos aportar, colocar la ética social por encima de beneficios personales. Crear conciencia de ello.
Hoy requerimos de verdaderos cambios, que inicien con el rompimiento de las cadenas de lo usual, con el conformismo, la resignación y la postergación. Todo aquello que tradicionalmente lo consideremos como un mal hábito debe desaparecer, no podemos continuar haciendo más de lo mismo.
En este sentido, no solo reconocemos el momento crítico de la transpandemia, sino que hace un recuento de las condiciones en las que nos encontrábamos previamente y lo orientamos hacia un propósito más amplio, de mayor escala y cobertura, que incluye el todo a la manera de lo integral, a la multiplicación en vez de la suma, a la visión en vez de la misión y al futuro en vez del presente.
Como parte de este gran espacio de oportunidad a la que nos ha obligado la pandemia, el mayor espacio para la reflexión jamás existido, en la que ya hemos cursado un tiempo suficiente para entenderlo, con la colaboración con diversas instituciones, organizaciones internacionales y expertos en diferentes materias y especialidades como urbanistas, sociólogos, paisajistas, ingenieros, médicos, científicos, futurólogos, humanistas, abogados y otros diversos especialistas, hemos desarrollado una serie de planteamientos que presentan como enfoque inicial un carácter “disruptivo”, es decir, que se abordan bajo un criterio de cambio, creando alternativas opuestas al proceso de incertidumbre actual, incluso en aquellos temas o áreas que parecen contar con rutas positivas de mejora.
Esta serie de planteamientos disruptivos las expresamos en una estrategia integral denominada reiniciar el hábitat un instrumento que, como agente portador de futuros, tiene como fin el coadyuvar a revertir nuestros grandes rezagos, integrándose en este Manifiesto Prospectiva del Hábitat Pospandemia, hacia una nueva normalidad.
Consideramos oportuno destacar y reconocer el trabajo, dedicación y esfuerzo, de todos los que han colaborado para hacer posible este Manifiesto, particularmente a los miembros del Consejo Ejecutivo Nacional, a los vicepresidentes regionales, a los presidentes de colegios, a los miembros colegiados especialistas en cada uno de los nichos temáticos, a los expertos invitados de otras instituciones, disciplinas, extranjeros y a todo aquel que ha brindado su tiempo, esfuerzo y voluntad para hacerlo posible.