Reseña

La edición que el lector tiene en sus manos incluye la traducción actualizada y anotada de los cuentos completos del periodo ucraniano (formado por Las veladas de Dikanka y Mírgorod) y “El carrito”, que puede considerarse parte del ciclo que Gógol dedica a la provincia rusa, pero que ha sido descartado de las ediciones del mercado mexicano.
Gógol, receloso por los sonados fracasos de sus obras primerizas, atribuyó Las veladas de Dikanka, incluidas en esta edición, a un escritor ficticio, el apicultor Rudi Panko, quien a su vez atribuye las historias a varios narradores, lo cual permite el juego de estilos, y mezcla de actitudes narrativas. Estos relatos están basados en leyendas y cuentos populares de Ucrania y presentan elementos de comedia y horror. Mirgorod, anunciado como Continuación de las veladas de Dikanka continúan con esta temática, pero además explora otros motivos literarios que serán fundamentalmente en la obra gogoliana posterior.
Gógol es considerando, de la manera unánime, como el primer gran prosista en lengua rusa, ya que sentó las bases para el surgimiento de su Siglo de Oro. Su prosa, aún en nuestros días, sorprende por su originalidad y expresividad. Su obra es esencialmente cómica, pues la risa ocupa un lugar central. Es también, a la manera de Kafka, un por qué sin respuesta, una estética de lo inconcluso que revela el desorden y la fragmentación de la existencia. Quizá sea esta una de las razones del atractivo de Gógol en nuestra época. Por ello Gógoles, junto a Chéjov, el más contemporáneo de los escritores rusos del siglo diecinueve.
Alfredo Hermosillo