Centroamérica
Rendir cuentas para que la gente cuente
En un escenario mundial complejo como el que vivimos hoy día, lleno de incertidumbres y sobresaltos, y cuando las distopías autoritarias ganan terreno en distintas latitudes, Centroamérica parece haber desaparecido de las crónicas internacionales, a pesar de hallarse sometida a las turbulencias de la geopolítica. De una y otra manera, los poderosos actores del escenario global, que aquí y allá disputan su hegemonía, hacen presencia en nuestra región, y esa presencia afecta nuestro devenir político. No solo es altamente vulnerable Centroamérica en lo político, económico, comercial, social y ambiental frente a las pretensiones de las potencias que buscan repartirse el planeta (Estados Unidos, China, Rusia), sino que estas amenazan convertirla en un traspatio triple de sus intereses. Y, al mismo tiempo, resurgen dentro de nuestros países los viejos proyectos dictatoriales y autoritarios, bajo banderas populistas y bajo falsos ropajes de modernidad, todo en detrimento de un orden democrático e institucional que nunca ha logrado asentarse con firmeza. Mientras tanto, persisten y se ahondan las desigualdades sociales, la inseguridad ciudadana, el deterioro ambiental, la inequidad y una creciente concentración de la riqueza en pocas manos, causa de las migraciones masivas; además del incremento del crimen organizado y el narcotráfico, y su nefasta influencia en la vida política y social. Una vez más, toca a Centroamérica vivir entre fuegos cruzados, como ocurrió en las últimas décadas del siglo pasado, en los años finales de la Guerra Fría, con los conflictos armados en Nicaragua, El Salvador y Guatemala, que dichosamente concluyeron con la firma de acuerdos de paz en un marco de negociación regional.