Las maestras de México
Educar es un acto político. Esta sentencia a veces parece que se pierde entre las montañas de trabajo burocrático y extra clase que deben hacer las y los maestros. Pero, además, el proceso de profesionalización de la docencia desde mediados del siglo pasado ha llevado a que se pierda naturalmente ese cariz.
Educar también es un proceso. Y como tal, tiene sus propias dinámicas entrelazadas con los cambios históricos, con las situaciones institucionales, con los contextos sociales, y las proyecciones personales. Por ello, quizá sea mejor hablar de que la educación se trata de muchos procesos, que convergen o se distancian, pero que ahí están, como elementos sustanciales de este quehacer, de esta vocación.
Los tres volúmenes previos a esta obra han sido una simiente historiográfica fundamental para historiar a las profesoras que han ayudado a consolidar y transformar los procesos educativos nacionales y locales. ¿Qué encontrará quien lea esta obra? Para infortunio, o fortuna imprevista, no se trata aquí de un repaso por las grandes personalidades educativas del siglo XX. El proceso de masificación de la profesión –y de su feminización– hace una labor casi imposible trazar líneas claras sobre quiénes fueron “las maestras más sobresalientes”. Y, sin embargo, la obra se aventura a rescatar a las maestras de la masa autómata. Los trabajos aquí reunidos retoman aún algunas figuras destacables en los ámbitos locales, aunque en su mayoría relegadas de los discursos hegemónicos y centralistas. Otras más, muestran que no es necesario brillar en la esfera pública para revolucionar las conciencias, para ejecutar los proyectos estatales, o para cuestionarlos cuando estos son por demás injustos.