Reseña

Nos encontramos en un momento crucial para la existencia de la vida humana en el planeta. El último reporte de 2023 del Panel Intergubernamental de Cambio Climático plantea resultados alarmantes:
las emisiones de gases de efecto invernadero y la temperatura global continúan aumentando, así como los graves impactos en las personas y los ecosistemas (Blanco, 2023). Estos impactos se ven acentuados
en un planeta en donde 1,100 millones de personas viven en situación de pobreza multidimensional (PNUD, 2024).
Para hacer frente a la crisis climática existe un consenso global en torno a la necesidad de impulsar una transición energética hacia energías renovables. Sin embargo, la urgencia del tema ha provocado que no se
preste suficiente atención al proceso mismo, es decir, al cómo, por qué y para quién de esta transición. Los ojos están puestos en los resultados esperados, aunque para alcanzarlos se recurra a dudosas soluciones y a
un nuevo extractivismo “verde” que podrían acentuar el daño ambiental y las desigualdades sociales.
Diversos actores han criticado una narrativa que se ha tornado hegemónica. Organizaciones de la sociedad civil, movimientos de base, sindicatos, academia, entre otros, han señalado que la transición energética debe ser pensada en clave de justicia. Esto implica garantizar que cualquier cambio en los sistemas energéticos busque el bienestar y la calidad de vida de las personas, con respeto y cuidado del entorno natural, no reproduzca las desigualdades, promueva la participación efectiva de mujeres y hombres -en todas sus intersecciones-
en las acciones y proyectos de energía renovable, y distribuya de manera equitativa sus beneficios.
Sin embargo, la crisis climática y la creciente desigualdad social que recorren nuestros tiempos, ponen en evidencia que las políticas -internacionales, regionales y nacionales- son insuficientes para enfrentar estos desafíos y que mantener el modelo económico y social, responsable de estas problemáticas, es inviable. Se requiere no sólo de una transición de los sistemas energéticos sino también de cambios transformadores a nivel económico, político, social y cultural, es decir, de una transformación energética justa.
La perspectiva de género e interseccional es fundamental en este proceso de transición y transformación energética justa porque cuestiona las desigualdades estructurales que han obstaculizado la justicia social y energética. Desde esta perspectiva, se propone un marco para desarrollar análisis y acciones más integrales, así como cambios sustanciales hacia la igualdad en todos los ámbitos de la vida, siendo vital el tema energético. No obstante, es un enfoque que sólo recientemente ha sido considerado en el proceso de transición
energética justa.
El presente documento comparte algunas reflexiones desde la perspectiva de género e interseccional para un tema que sigue en construcción y describe algunas propuestas de implementación de esta perspectiva en proyectos orientados hacia una transición energética justa, tema que se ha vuelto primordial en las agendas
nacionales e internacional.
El documento se divide en dos apartados, uno de corte más analítico y otro más práctico, y concluye con unas reflexiones finales que sintetizan los principales planteamientos que contribuyan a profundizar el debate.
Las (des)igualdades en el centro de la transición energética justa.
La primera parte se estructura en dos capítulos, el primero recupera, a manera de contexto, los principales discursos, acciones y propuestas para atender el cambio climático desde las instituciones internacionales;
se plantea que para hacer frente a esta crisis es necesario visibilizar y atender paralelamente el problema de las desigualdades sociales expresadas en la pobreza energética y la generación de zonas de sacrificio, por mencionar algunas. El segundo capítulo presenta las diferentes aproximaciones a la transición energética y se plantea que una transición energética justa con perspectiva de género e interseccional implica necesariamente una visión transformadora que busca reconocer y modificar las desigualdades estructurales no
sólo sobre el acceso, uso y participación en los sistemas energéticos, sino también modificar las estructuras económicas, políticas y sociales que sustentan la desigualdad socioambiental y que son las causantes de la
crisis climática.
La segunda parte recupera algunas experiencias regionales sobre transición energética justa con enfoque de género e interseccional, emprendidas por organizaciones de la sociedad civil de Brasil, Chile, Colombia y México.
Éstas se caracterizan por la propuesta y realización de acciones de incidencia pública, política o comunitaria para posicionar el tema entre diferentes actores: líderes y lideresas comunitarias de territorios donde se implementan proyectos; trabajadoras y trabajadores que están enfrentando procesos de descarbonización; funcionariado gubernamental, e incluso empresas que están incursionando en el sector de energías renovables.
Este apartado incluye un capítulo que proporciona algunas propuestas y consideraciones para avanzar hacia una transición energética con perspectiva de género e interseccional en diferentes ámbitos y espacios
(doméstico, comunitario, público, laboral) a partir de temas estratégicos.
Las reflexiones y planteamientos vertidos en este documento son resultado de la experiencia de nuestra organización,
Mujer y Medio Ambiente A.C., en torno a la articulación entre género, cambio climático y transición energética justa, que se ha enriquecido con la vinculación con organizaciones de la sociedad civil de Brasil,
Chile, Colombia y México, con las que compartimos la convicción de que no es posible una transición energética sin justicia de género e interseccional. Este proceso colectivo tiene sus antecedentes entre 2022 y 2023 con la realización de un diagnóstico sobre la transversalización de la perspectiva de género en proyectos de organizaciones de estos países, y la publicación de la “Guía para transversalizar el enfoque de género en los proyectos de transición energética justa”. Posteriormente, entre 2023 y 2024, se llevó a cabo el proyecto “Estrategias para la incidencia hacia una transición energética justa con enfoque de género e interseccional
en países de América Latina” con un doble propósito: promover la perspectiva de género e interseccional en el diseño e implementación de los proyectos de organizaciones de la sociedad civil de cuatro países de América Latina y colocar en el debate público la necesidad de una transición energética justa.
Esperamos que este documento contribuya no sólo a la reflexión y al debate críticos, sino también a la construcción de alternativas energéticas guiadas por la igualdad y la justicia de género e interseccional.