Un hogar en la eternidad
“Un hogar en la eternidad” es un libro integrado por dos piezas cortas de dramaturgia: “Arrullando otra vez” y “Nada pasa en Altosríos”, ambas escritas por Carlos Rodríguez Vidal, un autor cuya experiencia como director de teatro se pone a prueba en la escritura de estas obras, pues permite que la experiencia lectora sea tan intensa como debe ser la de su puesta en escena, esto es: vivir el teatro.
Joaquín Tamayo, en el prólogo menciona que el autor lo alcanza a través de dos factores capitales: una trama coherente y personajes que aceptan la vida con todas sus tempestades de incoherencias y sus sueños de justicia hasta transformarse en seres humanos. “Si bien los graves conflictos son tratados aquí con crudeza, también es cierto que, por encima de esa sensación, gobierna la compasión el perdón y la misericordia”.