Las manos azules
Los dos relatos de este libro son dos caras de una misma moneda. Los dos giran en el aire sin caer jamás. Conteniendo la respiración, podemos saber que la suerte está echada y, sin embargo, mientras giran, todas las posibilidades permanecen en suspenso. Xu y Bruna nos hablan del amor, el desengaño, la ilusión y el escozor de sentirnos irreductiblemente humanos. Cuando Xu le pregunta no sin desconfianza a una humana por las razones de su amor, ella le contesta: "yo te amo porque sí...". Y lo inexplicable surge en boca de la encantadora Bruna: "... hasta las estrellas mueren. ¿Usted sabía eso? Seguramente sí... Es muy triste que todo se muera, por eso me gusta llorar a veces. Lloro así de repente. En ese "yo te amo porque sí" y "lloro así, de repente" se resume toda la potencia expresiva de Paula Markovitch. La escritora nos regala en este libro la posibilidad de lo inesperado.