Formas de persuasión en la narrativa
Cuatro autoras comprometidas durante la posrevolución
“He conocido mujeres que piensan, y lo dicen, que a los novelistas se les debían de dar palos por embusteros y por el mal enorme que causan a muchas mujeres con sus mentiras” escribía Magdalena Mondragón en 1933, frustrada con la escritura masculina llena de estereotipos dañinos para sus lectoras. Las décadas de los veinte y treinta fueron un periodo de transición crucial para las mexicanas, cada vez más conscientes de su exclusión de espacios culturales y políticos. Por un lado asistimos a los comienzos de la organización colectiva de las mujeres, pero por el otro empiezan también las reacciones adversas a su lucha y las pugnas por apropiarse, desde uno u otro bando, de su creciente fuerza política. En este ámbito de turbulencia cultural, encontramos cada vez más autoras mexicanas desarrollando proyectos periodísticos y literarios para diversificar los relatos disponibles al público, pero también para colaborar con las polémicas acerca de cómo debería de ser el nuevo México posrevolucionario, democrático, pacificado y moderno. ¿Cuál estructura económica y política sería la idónea?, ¿cuál debería de ser el rol de las mujeres?, ¿cómo deberían continuarse las reivindicaciones revolucionarias? Las obras de Juana Belén Gutiérrez, Consuelo Delgado, Magdalena Mondragón y Benita Galeana asoman, a través del relato, respuestas posibles a estas interrogantes.