Una sangre
Una sangre se desprende de tres versos de Miguel Hernández; avanza por espejos y páginas; por calles y fenómenos; por presencias y conjeturas; se detiene sólo para profundizar en la virtualidad del movimiento. El conjunto de estos poemas está animado en dos direcciones: hacia la unidad y hacia la dispersión. En los poemas de Julio Trujillo, la ligereza trágica brilla en los bordes de la división entre las palabras y las cosas.