El suplicio
l autor da continuidad al romance de Cuauhtémoc con la bella Otila, aunque esta, ya había sido desposada con uno de los capitanes de Don Hernán Cortés, Don Juan Velázquez de León, de la “españolización” de Otila, al ser bautizada como Doña Elvira y convertida a la religión católica que habían traído los conquistadores a este continente, de la desafortunada adhesión de los tlaxcaltecas y otras tribus del Valle de México a los extranjeros. Hace énfasis en las luchas encarnizadas de los españoles y sus aliados contra los aztecas, quienes defendieron valerosamente su imperio, cuyo referente máximo era la Gran Tenochtitlan, gobernado por Moctezuma II, quien pensando que se trataba del regreso del Dios Quetzalcóatl, trató de evitar la confrontación por medio de la palabra pero sobre todo de cuantiosos regalos a los extranjeros. Se hace una remembranza de los personajes principales de la conquista, como Hernán Cortés, Pedro de Alvarado, Xicoténcatl, La Malinche, Moctezuma, Cuitláhuac, Cuauhtémoc, y de las grandes batallas y matanzas libradas por ambos combatientes como la matanza de Cholula, la del Templo Mayor, la Noche Triste y la matanza de Tenochtitlan, que consuma la caída del Imperio Azteca a manos de los españoles aquél fatídico día 13 de agosto de 1521. Finalmente da cuenta de la forma como es ejecutado nuestro último Huey Tlatoani por órdenes del conquistador Hernán Cortés.