Reseña

Después del fin del mundo, al menos del mundo, tal y como lo hemos conocido, podemos, o quizá debemos –como sutil imperativo categórico en forma de súplica– atisbar la posibilidad de otros mundos, siempre en plural, por venir. La apertura del porvenir, el porvenir abierto: se vuelven sintagmas fundamentales en tiempos sombríos, quizá todos lo han sido un poco, empero ahora se enseñore a un nihilismo decadente mortecino con aspecto de selfie sonriente planetaria. Así que extraer potencias vitales de alegría y afirmación de la inmanencia tal parece que es locura o exabruto. Atrevámonos a repensar a contracorriente, como la danza festiva del salmón, para remontar el marasmo mediático del pensamiento único, y hagamos de la vida en su exuberancia infinita una potencia de dislocamiento del orden imperante. Es aquí la provocación que se quisiera invitación al diálogo crítico en y desde el presente. En compañía de Gilles Deleuze, Félix Guattari e Isabelle Stengers, y otros intercesores, se busca transformar el pensamiento en pos de una subjetivación abierta a múltiples metamorfosis, es decir, se busca recrear el mundo desde una praxis política como poética militante.