Fundamentos técnicos y metodológicos para la formación profesional del trompetista y la ejecución de otros instrumentos de boquilla circular: propuestas de un método complementario
La palabra arte —con formas muy similares en la inmensa mayoría de las lenguas occidentales— tiene un origen que se puede rastrear hasta la raíz proto-indoeuropea ar, que indica el sentido de “ajustar” o “hacer actuar” y deriva en los vocablos del griego antiguo arti, adverbio que transmite la idea de inmedia-tez; artios, “perfecto”, y ártizein, “prepararse”, así como en los vocablos latinos artus, “articulación”, y ars, que dio origen a la palabra art en el francés del siglo X, y cuyo significado, de acuerdo con diversas fuentes, es un calco del griego téchnē, “oficio, habilidad o técnica”, es decir, la capacidad de producción, de acción eficaz. Como puede observarse a partir de este rápido ejercicio etimológico, el vocablo arte de-nota, en primer lugar, ideas relacionadas con la técnica o el oficio, tales como la preparación, el ajuste, la perfección, el dominio y la acción productiva.
Por supuesto, posteriormente, al menos desde mediados del siglo XVIII, en los entornos académicos el proceso de enseñanza-aprendizaje de las artes se ha ido formalizando cada vez más, mediante la investigación, la sistematización de los saberes y el desarrollo de metodologías didácticas más efectivas.