Desorganización social y delito en la Península de Yucatán
En el presente libro se estudia la desorganización social y el delito en la Península de Yucatán, el objetivo es analizar la distribución del delito en el marco de la desorganización social en los municipios de la Península de Yucatán e identificar las variables que propician esa desorganización. La hipótesis de investigación es que existe una relación directa entre el delito y la desorganización social en los municipios de la Península de Yucatán, es decir, a mayor desorganización social, más comisión de delitos en los municipios, por lo que es importante incidir en las variables que generan desorganización social a partir de políticas públicas de prevención social del delito.
Para el logro de este objetivo, este libro se integra de cuatro capítulos. En el capítulo I, se hace una revisión de la teoría de la desorganización social y el estudio científico del delito, dando una breve introducción a los fundamentos de la teoría de la desorganización social, la importancia de la Escuela Sociológica de Chicago y a sus principales precursores que empezaban el abordaje con conceptos de ecología criminal y modelos concéntricos de distribución del delito, identificando características socioeconómicas desfavorables, donde se correlacionaban con las altas incidencia de delitos. Algunos estudios empíricos encuentran relación directa con lo planteado en la teoría, como el caso de Shaw y McKay (1942), otros introducen elementos que consideran faltantes en la propuesta, como el control social y la eficacia colectiva (Bursik y Grasmick, 1993).
En el mismo capítulo I, se revisa el abordaje científico del delito desde otras disciplinas, ya que algunas de ellas antecedieron a los postulados de la desorganización social, como lo fue el enfoque positivista, o los más recientes realizados desde la perspectiva económica y el derecho, o la misma criminología.
Los primeros estudios de desorganización social y el delito tienen como elementos a la movilidad residencial, pérdida de valores, vínculos debilitados, bajo estatus económico, heterogeneidad étnica, ruptura familiar, y en las más recientes reelaboraciones, disminución del control social por el debilitamiento de redes y estructuras entre familia, amigos vecinos (redes privadas), iglesias, colegios,
organizaciones en la comunidad (nivel parroquial) y servicios y recursos distribuidos por agencias externas (público).
Para conocer el contexto de la Península de Yucatán, en el capítulo II se realiza un breve recorrido histórico, y como la implementación de ciertos modelos socioeconómicos desde la conquista, dieron pie a la urbanización y desarrollo de ciertas ciudades, como Mérida, Valladolid, Campeche, Escárcega, Ciudad del Carmen, Cancún, Playa del Carmen y Tulum, analizando la incidencia de los delitos, resulta que en la circunscripción territorial municipal donde se encuentran esas ciudades, tienen mayor incidencia delictiva, además de la migración campo ciudad o zonas rurales a zonas urbanas, con la consecuente marginación, pues la escasa preparación profesional los hace ocupar puestos de trabajo poco cualificados, mayor inestabilidad y baja remuneración, donde también, hay una participación importante de la mujer.
En este capítulo también se puede identificar la inseguridad objetiva y subjetiva, a partir de la construcción de indicadores de seguridad para la Península de Yucatán, siendo el más inseguro Quintana Roo, seguido del de Campeche y, por último, el estado de Yucatán. La confianza hacia las instituciones también se debilita, aunque un poco menos en el estado de Yucatán, paradójicamente en este estado hay mayor cifra negra. Este incremento de la inseguridad afecta a las unidades económicas por actos de vandalismo, el estado de Yucatán es el que tiene el promedio más elevado de unidades económicas victimizadas.
En el capítulo III, se construye el índice de Desorganización Social (IDS), con información del Censo de Población y Vivienda (2020) y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP, 2020), se obtienen datos de inmigración, desempleo, jefaturas de hogares de referencia mujer y delitos del fuero común, respectivamente. Mediante el Análisis de Componente Principales (ACP) y con el software estadístico SPSS (Statistical Package for Social Sciences), después de verificar y pasar las pruebas que permiten realizar el análisis factorial (Bartlett, KMO), se logra obtener el IDS de la Península de Yucatán, donde la unidad de análisis es el municipio.
El ACP es pertinente realizarlo cuando hay variables con datos cuantitativos observables, y de esta manera, reducirlas. Se tendrá como resultado una combinación lineal de las variables originales, las cuales tomarán el nombre de componentes principales. Este método puede usarse para obtener conceptos que no son medibles directamente a partir de variables que sí lo son, en este caso lo que se obtiene es la desorganización social. Fueron 129 municipios (12 de Campeche, 11 de Quintana Roo y 106 de Yucatán) de los que se obtuvo la información de las variables citadas, siendo el municipio de Solidaridad (3.981) el que obtuvo el valor más elevado del IDS, seguido de Puerto Morelos (2.883) y Benito Juárez (2.881), también aparecen en orden descendente el municipio de Conkal, Tulum, Carmen, Sinanché y Cozumel.
Un problema identificado como determinante en la desorganización social en la Península es la estructura familiar, pues se encontró endeble, los hogares de referencia mujer dan cuenta del nivel de desintegración familiar en la Península, pues casi uno de cada tres son hogares encabezados por una mujer (26,7%).
Una vez calculado el IDS, en el capítulo IV, se llevó a cabo una regresión econométrica para identificar la existencia de una relación directa entre los delitos y el Índice de Desorganización Social, encontrando que estadísticamente si existe esta relación y es significativa, el detalle es que solo explica el 16 de su totalidad. Con esta relación significativa, se comprueba la hipótesis del estudio, que indica que, a mayor índice de desorganización social, también habrá más delitos.
Por último, se realizó una discusión de los resultados, donde se menciona que la alta incidencia delictiva es una cuestión urbana, donde lo impersonal y clandestino juega un papel importante, las condiciones del entorno urbano propician condiciones que no favorecen una sana convivencia, las prioridades de la población urbana es el trabajo para la obtención de recursos, además del papel fundamental de la institución familiar.