Recursos naturales de las zonas áridas.
Diversidad, aprovechamiento, salud y alimentación
En México, las zonas áridas y semiáridas son sistemas socio-ecológicos con una amplia diversidad y riqueza de especies, esenciales para el desarrollo sostenible. En los desiertos mexicanos se alberga un amplio conocimiento etnobiológico y etnoecológico local y tradicional, lo que enseña sobre la interrelación de los pobladores con la naturaleza: no solamente sobre los diversos usos que se les da a los recursos sino también sobre el cuidado de la salud socio-ambiental. Además del amplio uso de recursos silvestres, en estas regiones se ha originado y desarrollado la agricultura de especies tan importantes para la alimentación de los mexicanos, como el maíz; sin embargo, también existen muchos sistemas de producción alimentaria intensiva que, lamentablemente, generan las mayores emisiones de dióxido de carbono, marginación, escasez de agua, eutrofización de los océanos y pérdida de diversidad. Afortunadamente existen casos de éxito de agricultura orgánica y agricultura sostenible que ofrecen alternativas para abordar problemas de disponibilidad de agua, desertificación, salud y cambio climático. Por ende, el fomento a la diversidad cultural y biológica, aunado al aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, provee oportunidades innovadoras en las industrias alimentarias y farmacéuticas, generando productos con valor agregado que nos proporcionen opciones biológicas y biotecnológicas, biomasa, compuestos bioactivos y biopolímeros. El presente libro consta de 22 capítulos en tres secciones sobre: i) diversidad y aprovechamiento de recursos naturales, ii) salud y iii) alimentación, enmarcados en el concepto de salud socio-ambiental y por los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por las Naciones Unidas, destacando la integración de conocimiento local y tradicional en estudios de ciencia básica, ciencia aplicada y estudios clínicos actuales, empleando marcos legales y éticos para el consentimiento previo e informado de los pobladores locales, junto con su participación justa y equitativa en los beneficios derivados del uso de esos recursos, siempre en concordancia con la normativa y certificaciones que respaldan la producción de alimentos y medicinas.