Un hombre de oro
Esteban González Valdivia, persona sencilla y amable, un amante de la naturaleza, creció en los tiempos de la Revolución y de la Guerra Cristera en los Altos Sur de Jalisco. Toma las riendas de su familia siendo muy joven. Sueña con ser sacerdote y sucesos trágicos truncan su destino. Es inmigrante en Arizona, Estados Unidos, donde aprende la minería, dejando en él la marca del oro para toda la vida.
Destaca su generosidad incondicional y las vicisitudes de la vida las enfrenta con fortaleza y espíritu estoico.
Una vida de soledad impuesta, un ejemplo de bondad, un ser para admirar. Su guía de vida: Amar a Dios, respetar a la familia, no dañar a nadie, aceptar la voluntad de Dios, no discutir, no amar las posesiones, educar a su alrededor.
“Un hombre de oro” invita a reconocer la capacidad de amar y dar del ser humano, ante las circunstancias y vicisitudes que plantea la vida.
María Teresa Valencia González nos relata la investigación de un biografiado en tiempos de inicio de siglo, ante un México complejo y revolucionario y demuestra que una biografía aporta datos importantes sobre una época y sobre la vida de un hombre de su tiempo.