Reseña

En este libro se analiza la manera en que un régimen eclesiástico pluricorporativo ayudó a
la consolidación de Toluca como ciudad en cuanto a urbs y civitas. El fin de la exclusividad
que los franciscanos tenían en la villa y en las poblaciones vecinas por la llegada de nuevas
órdenes religiosas dio pie a una nueva dinámica corporativa y desencadenó una serie de
relaciones conflictivas o de tensión por la defensa de la jurisdicción de cada una de las
corporaciones. Al conformarse un régimen corporativo por medio de la yuxtaposición de
jurisdicciones, los habitantes de la villa de Toluca reforzaron sus vínculos con el clero,
afirmaron su cristiandad y con ello su sentido de civilidad. En consecuencia, cobró fuerza
su intención de que se concediera a Toluca el título de ciudad mediante una gracia del rey
de manera formal y permanente.
Se entiende la villa de Toluca en la segunda mitad del siglo XVII y el XVIII como
una pequeña parte de la Monarquía hispánica, a partir de ese escenario y, con base en
fuentes de archivos nacionales y extranjeros, se reconstituye lo que se denomina un
“régimen eclesiástico”. Se demuestra que el sistema de gobierno se integraba siempre desde
el ámbito local porque era en él donde los súbditos se organizaban y reproducían un orden
social corporativo caracterizado por posibilidades muy considerables de negociación y
adaptación de la gente a los cambios que se fueron suscitando a lo largo del siglo
comprendido por la investigación.
Este trabajo es una invitación para repensar las formas de territorialización y la
historia del valle de Toluca, de manera que, a los varios estudios que hay sobre los pueblos
de indios se pueda integrar el elemento hispano para comprender a la región como un
conjunto de pueblos de indios que interactuaban con haciendas, con la villa y con núcleos
de población hispana.