Planeta desgarrado
Poemas
Jidi Majia, escritor chino de la etnia yi, reúne en Planeta desgarrado lo primigenio y lo contemporáneo, lo menudo y lo universal. La suya, como señala Gustavo Osorio de Ita, es una poesía que se mueve “entre el plancton y la ballena azul, entre el grano de arroz y el bosque forestal, entre el yo y el mundo”. Los asuntos de Jidi Majia van desde un cucharón y un montón de piedras hasta el río Amarillo y los cementerios judíos, pasando por las canciones folclóricas que se entonan “con voz quebrada en la lengua materna”. Por aquí campean los nombres de José María Arguedas, Nicanor Parra y Juan Rulfo, junto con los de James Watt, Marie Curie y los hermanos Wright. A través de estos poemas —traducidos por Françoise Roy y Pilar González España desde su versión en inglés— nos asomamos tanto a la cosmogonía que se canta en nuosu como a la inteligencia artificial, tanto a la música del birimbao como al ruido de WikiLeaks.
A decir de Nuno Júdice, Planeta desgarrado tiene parangón —por su trasfondo épico— con el Canto general de Pablo Neruda. “En la vida de los poemas que integran este libro —dice Margarito Cuéllar— el papel del gato y el ratón se invierten a cada momento. Cuando el poeta les canta a sus ríos, montañas y mares como si fueran los héroes de un pasado legendario y de un presente que sobrevive a las grandes catástrofes, lo que hace es reivindicar la poesía como la voz de la tribu”.