Reseña

El Caso Cumbres en Monterrey, Nuevo León, en 2006 fue cubierto de forma terrible y asombrosa por los medios de comunicación que, en muchos de los casos, recurrieron al escándalo, la falsedad y el morbo para tener el privilegio de la atención masiva. Lo cierto es que Diego Santoy mató a dos niños pequeños, trató de asesinar a su expareja sentimental y a una mujer que ayudaba en los quehaceres de la casa, escapó y al ser detenido tuvo diversas declaraciones en las que hasta dijo ser amante de la madre de su antigua novia. Con sus actos y violencia todo explotó en la vida de esa familia para destrozarla para siempre. Muchas de las afirmaciones del culpable fueron mentiras, en su retorcimiento mental inventó escenarios pasionales, se aferró a una falsa complicidad con quien fue su novia e involucró a seres cercanos a él para mantener su machismo, su dislocación social y dañar sin piedad a muchos inocentes.