Ladrón de Wener Herzogs 1
“¿Por qué no interpretar yo mismo a Fitzcarraldo? Me atrevería a hacerlo, porque mi proyecto y el del personaje se han vuelto idénticos”, escribió Werner Herzog.
Su exproductor, Walter Saxer, asegura a los huéspedes de su negocio, un hotel temático dedicado a Fitzcarraldo (es decir, Werner Herzog), que no fue tanto Herzog sino él y el actor Klaus Kinski quienes hicieron pasar un barco a través de una montaña en 1981 para la película: hazaña tan colosal y bella como inútil, de la que todavía se habla.
Por su parte, Kinski afirmó haber dirigido las mejores escenas de las películas de Werner Herzog (es decir, de Klaus Kinski) en las que participó, que sólo se lograron gracias a él.
Y también Werner Stipetić afirma ser Werner Herzog, pero quizá Werner Herzog no existe. Werner Herzog son un montón de gente. Todos impostores. Ladrones.
Inventando, robando e interviniendo entrevistas y diarios, fragmentos de películas, tergiversando notas de periódicos, pasajes de libros, anécdotas, conversaciones en chats y rumores, Iván Soto Camba compone esta novela collage que atraviesa muchas vidas y filmografías para llegar a Werner Herzog, un ser imposible y extraño en quien coexisten, en eterna batalla, realidad y ficción.