Reseña

Efratia, como las mujeres de su generación nacidas en la tierra de Israel, no es una mujer de la diáspora. Tampoco es israelí. Israel todavía no existía. Esa generación va a inventar su propia pertenencia. Efratia escribió cartas toda su vida. Las conservó desde muy joven, como para conserva momentos de su historia, como si lo íntimo encarnara el destino de esa tierra. Esta correspondencia cuenta la vida de una mujer, Efratia, mi madre, sus reflexiones íntimas y sus incertidumbres de joven, su sed de independencia, los apasionados debates con su padre sobre el destino de su país, el amor, el culto a la amistad y la maternidad, luego el duelo, la vejez y los momentos difíciles. Esta correspondencia cuenta la vida de una mujer, Efratia, mi madre, sus reflexiones íntimas y sus incertidumbres de joven, su sed de independencia, los apasionados debates con su padre sobre el destino de su país, el amor, el culto a la amistad y la maternidad, luego el duelo, la vejez y los momentos difíciles. Aún puedo oír su voz, el hebreo arcaico de la hija de una familia laborista que quería que su hija hablara un hebreo moderno, de nuestros tiempos.