El tranvía que no paraba nunca
Sobre crímenes, fantasmas y pesadillas
Esa idea de un tranvía que circula por las calles sin detenerse cifra, para mí, la relación entre la escritura y la vida. Que, en rigor, no suele ser tan escindible como generalmente se plantea. La separación no existe, su tensión, su dialéctica hace que se constituyan. Incluso los capítulos que no se escriben suceden en algún lado, como un planeta aparte, paralelo, que recoge borradores y diarios y pesadillas, y que forma también la galaxia de la escritura. Y de lo vivido. El suspense, decía Sartre, mantiene el libro hasta el final. Pienso que la premisa se aplica a cualquier género. Una locomotora de madrugada, con su recorrido incesante por las calles de Buenos Aires, ese deseo, ese motor, es quizá el título que más calza para esta serie de ensayos policiales, que tuvieron su primera publicación en Revista Casa de Tiempo de México, entre 2019 y 2020, y que fueron corregidos y ampliados para este libro.
—Marina Porcelli