Por nuestras libertades
Lo que debió ser un día de música y celebración de miles de jóvenes israelitas y de diversas partes del mundo se convirtió en una jornada de horror, violaciones, exterminio implacable y muertes horribles. Los fundamentalistas de Hamás fracturaron la vida no sólo de miles de inocentes que murieron por su crueldad, rompieron también el alma de sus familias que de pronto no volvieron a ver a sus seres queridos, se enteraron de que sus hijas habían sido agredidas sexualmente y que muchos jóvenes que sólo querían vivir en libertad padecieron mutilaciones físicas y ejecuciones atroces.