Mis hermanas, las ánimas
Esta obra es un registro de lo encontrado en la búsqueda por los pasos que los vivos dan junto con el difunto. No como consuelo ante la respuesta que los vivos más queridos dan ante la ineludible llamada a partir sin terminar, sino como respuesta de este vivo ante las infinitas sendas en las que su vida deviene y que, en todas ellas, se da un atisbo de trascendencia.
He aquí el testimonio de la teóloga rezandera que, al igual que muchos antes que ella, alzaron sus balbuceos para indicar que los caminos nos preceden y fueron puestos a nuestro alcance por aquellos a quienes ahora rezamos, oramos y nos acogemos con la sola finalidad de no sabernos solos ni abandonados ni silenciados; porque ni la soledad ni el abandono ni el silencio son eternos.