Reseña

Armando Camarena es un hombre que aprendió a jugar con la luz a través del lente de su cámara para contar historias, testimonios de la época que le tocó cubrir en sus órdenes de trabajo, y estar cerca en el lugar de la noticias, ya fuera una guerra, una hazaña olímpica o la vida de un payasito de siete años llamado Pinolillo.
Su historia es un recorrido por las noticias de televisión, y los cambios tecnológicos de este medio, durante más de medio siglo, de la película al video, y de allí al mundo digital. Armando, empezó como aprendiz de editor, y asistente de cámara hasta convertirse en jefe y maestro de muchas generaciones, fue el primero en grabar con una cámara de alta definición en América Latina.
Este libro es su testimonio, y su retina mantiene intactos, lugares, fechas, nombre, que corren ágilmente en plano secuencia en cada uno de sus capítulos, con una narrativa y descripciones excepcionales, y escrito, de acuerdo a como él dice, hablan los reporteros gráficos.
Armando tiene muchos apodos, para sus amigos es “El Camarón”, “el pelón” y “brother”, para su familia: “ El jefe cejas”, y para Mya Maya es su “Abuelote”, y el motivo de este libro es ese, dejar testimonio para ella, para Santiago y los que vengan.
El motor que lo empuja se llama Marisela, y sus pistones son sus hijos Armando, Antonio y Carlos Alberto, Rocío y Mirna, sin ellos este libro no tendría sentido.