Música petrificada
en el palpitar de la vida
Música petrificada en el palpitar de la vida, más que un libro, es un andamio poético, construido por Irma Nimbe, desde su pluralidad inscrita en la plástica y en la literatura. Tanto poemas como esculturas tienen el poder de evocar sin necesidad de ilustrar. El todo se establece a partir de la sugerencia y el detalle, más nada es necesario.
Música petrificada es también un tránsito incesante desde la fragmentación que nos agobia hacia la plenitud reclamada y posible. Una mujer multiplicada y diversa se construye a través de los dieciséis poemas y las cinco esculturas contenidas en este libro, en un ejercicio de reconocer con meticulosidad el paraje interior de la circunstancia íntima.
En los últimos años muchas mujeres hemos cambiado, dejamos atrás los límites adquiridos o autoimpuestos para explorar nuevas capacidades en ámbitos inusitados. Pero son muy pocos años todavía para dejar de asombrarnos ante nosotras mismas. Para habituarnos al quehacer de desdecir con claridad lo nuestro y lo del otro. Ha sido necesario extender lo por vivir.
Los sesenta dejaron de ser el umbral y la antesala de la decrepitud, para convertirse en la oportunidad que nos arrebata el sueño sin mapa ni reglas a integrar o transgredir. En este libro, la materia femenina recorre sus paredes y estampa la fiereza del desconsuelo y del azoro estupefacta ante su vitalidad. Lo vivido ha dejado rastros y desde los escombros, se levantan realidades inconmensurables plenas de vigor.
Desde la serenidad de la letra impresa se trasluce una voz lírica que pugna por tonificar la paradoja de escuchar la circunstancia sombría, el anhelo inconcluso, la intransigencia de la pérdida, la insolente mirada del acosador.
Desconcertada y dueña de sí, esta mujer fuego, murmullo, caracol, tinta, agua, planta, camina al borde del acantilado dónde florecen las coordenadas de la vida. No hay sorpresa, sólo el quehacer de vivir con su piel de barro y su sonrisa amamantada en lo cotidiano.
Las esculturas redefinen el interés de la piedra por volverse humana, por sentir, aunque sea dolor, pero beber sin reservas el escándalo milagroso de la vida.
Celebro el interés de entrelazar su voz con el universo interior, tantas veces indescifrable y mudo. Deseo, dolor, fortalezas constituyen el abecedario poético con el que Irma Nimbe nos deletrea lo femenino.
Kary Cerda