Densidades
Densificar empieza a ser un lugar común. El consenso acerca de la eficacia de una ciudad densa y concentrada sobre una dispersa, pasó de las aulas a la calle y hoy en día hasta los desarrolladores y los políticos comulgan con este axioma, tratando de cargarlo a su propia agenda. Esto no sólo supone un cambio de escala sino también un nuevo paradigma que impacta en las costumbres, la relación entre el ciudadano y la ciudad. Ciertamente, una ciudad más densa es más eficiente y más compacta, pero también está más congestionada. La densidad es una medida fundamental de la estructura urbana para determinar su eficiencia y sus límites. Las altas densidades facilitan un transporte público más sustentable y eficaz, permiten caminar o circular en bicicleta y justifican la concentración de servicios, promoviendo mayor vitalidad. Sin embargo, estas ventajas dependen de un diseño urbano de alta calidad y una gestión efectiva de la ciudad para minimizar el impacto negativo de la congestión, la sobrepoblación, el estrés y la contaminación.