Reseña

La primera ocasión en que me encontré con la frase anterior, fue al planificar el primer curso que impartiría como docente de artes visuales. Recuerdo que desde aquel día hasta hoy la he adoptado como bandera y presentación para el primer día de clases de cada nuevo ciclo escolar. Encontrando en ella cada vez mayores atributos y hoy el núcleo de esta guía que pretende, entre otras cosas, contribuir por medio del dibujo al desarrollo cognitivo de los estudiantes.
Por lo tanto, debemos comprender que esta guía no persigue una estricta formación artística de quien la lleve a cabo, sino que por medio de la práctica dibujística generar en los estudiantes importantes habilidades mentales que les exijan pensar y de esta forma cultivar el intelecto.
Investigadores de la talla de Eliot W. Eisner (1933-2014) y Juan José Gómez Molina (1943-2017) han expuesto rigurosos trabajos sobre la importancia de la enseñanza del arte como vía de estimulación de las capacidades mentales en los estudiantes. Por su parte Eisner sostuvo que “muchas de las formas de pensamiento más complejas y sutiles tienen lugar cuando los estudiantes tienen la oportunidad de trabajar de una manera significativa en la creación de imágenes” (Eisner, 2010, p. 14) Asimismo pronunció constantemente su afán de sacar a las artes de la posición tan aislada en que se encuentran con relación a las materias duras como matemáticas y ciencias, asegurando que los procesos de razonamiento y reflexivos, si se realizan adecuadamente, se experimentan en las mismas magnitudes. En su caso Gómez Molina nos dice que “el dibujo permite el desarrollo de sus facultades individuales, de la misma forma que lo hace cualquier otra actividad que se desarrolle con altas dosis de concentración y conciencia. Y porque, al ser desarrollado como actividad expresiva, permite que el joven explore los límites de su imaginación, los encuentros mágicos con la idea y le facilite la creación de un territorio privilegiado y autónomo, de reflexión, y de autoconocimiento” (Gómez Molina, 1999, p. 50).
A la par de las prácticas de dibujo diseñadas en la presente guía, mismas que han sido recopiladas desde mi época de estudiante en las aulas de la Escuela de Bellas Artes, así como también de diversos métodos de enseñanza popularmente conocidos en el medio artístico, se ha estructurado el contenido de este libro bajo la fusión de los programas de la Universidad Autónoma del Estado de México y el de la Secretaría de Educación Pública correspondientes a las asignaturas de artes visuales. Por lo tanto, encontrarás una cantidad importante de temas junto a sus prácticas, enfocados en el aprendizaje de conceptos básicos para la apreciación y la expresión del arte, así como un importante recorrido por diferentes periodos de la historia del arte. Cada tema cuenta con al menos una actividad diseñada para que el estudiante ejercite diferentes habilidades como lo son: la observación, la concentración, la capacidad para seguir instrucciones y secuencias, , establecer relaciones, exactitud y precisión, ubicación espacial, combinatoriedad, análisis y reflexión, organización, interpretación, creatividad e imaginación.
Finalmente me permito proponerte que en todo momento que trabajes en él, lo hagas con total empeño y dedicación, que tengas presente que el valor más preciado de este libro radica en que una vez concluido, sus páginas contendrán tus ideas, pensamientos, reflexiones, emociones y sensaciones, registradas durante un momento importante de tu vida, como lo es la juventud.
¿Qué crees que pasaría si una vez acabado lo conservas para después de algunos años, quizás 5 o 10, lo vuelvas a hojear? Sería un buen reencuentro, ¿no lo crees?