Alejandra Pizarnik:
la poeta Lilith
Decía Paul Valéry que “la poesía absoluta sólo puede proceder por maravillas excepcionales: las obras que compone constituyen enteramente lo que se advierte de más raro e improbable en los tesoros imponderables de una literatura”. Y aunque Valéry hablaba de los simbolistas, lo mismo es cierto para Alejandra Pizarnik, quien persiguió hasta su último aliento encontrar la perfección de su arte, la musicalidad del lenguaje. El trabajo hecho por las grandes poetas de todas épocas y lugares trata de vincular el pasado poético anterior con el pasado que vino después de ellas, tomando enseñanzas de aquí y de allá, según sean de interés. Este libro versa sobre ese diálogo, sobre el intercambio de signos precisos que Pizarnik realizó con la tradición poética moderna, y al examinar detenidamente su poesía, en concreto Árbol de Diana (1962), será también éste un libro que verse sobre la búsqueda del silencio musical, el relato ardiente y la otredad poética a la par que considera las dificultades que, como autora de mitad del siglo XX, Pizarnik tuvo que enfrentar.