Ixtlahuacán de los Membrillos. Historia breve
Este trabajo del historiador Francisco Javier Velázquez Fernández de El Colegio de Jalisco, es una distinción al municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos: reconocer que tiene un tiempo y un espacio en la historia jalisciense. También es una aportación en el quehacer histórico que procura reconstruir el pasado de un municipio que, con sus localidades que lo componen, está a la orden de la exigencia que conlleva pertenecer al área metropolitana, representada por Guadalajara, como la capital del estado de Jalisco.
La fundación del pueblo de Ixtlahuacán, a una distancia considerable de la capital de la entidad y su cercanía con la localidad de Chapala, fueron factores determinantes para un desarrollo o un atraso general de su población, netamente indígena. Sin embargo, no se puede negar que su asentamiento fue acertado, en un lugar donde abunda el agua, propiciando el cultivo de maíz, frijol, calabaza, entre otras semillas, con una abundante plantación de huertos de membrillo, lo que finalmente dio un nombre singular a este pueblo.
Las haciendas que se mencionan en esta obra, y que jurisdiccionalmente quedaron dentro del municipio, ofrecen un legado tangible e intangible en el que sus dueños y trabajadores, a través de los años, dieron vida a una forma de trabajo de correspondencia, a veces no muy equitativa y casi siempre a favor de las familias en quienes estaba el porvenir de dichas fincas.