Reseña

La narración que Natalio Hernández estructura en su vivencia como enseñante nos abre horizontes que han de traspasar los muros de la escuela y alimentar toda la pedagogía escolar de nuestro país. La educación indígena tiene que abrevarse en todos los centros educativos, en todas las familias mexicanas, en todos los establecimientos públicos y privados para que permee a quienes no tuvimos la suerte de nacer en familias cuya habla originaria nos hubiera empapado de su universalidad.

Los antiguos mexicanos supieron siempre entretejer los nuevos soles con la pasada vivencia. Natalio abiertamente esboza una trama en este sentido: las reflexiones y postulados que hemos revisado acerca de Timocuepah tochan / El regreso a casa, son una invitación a los docentes para que propicien, desde el salón de clases, un renacimiento cultural y lingüístico a través de nuestras raíces y saberes propios que contribuya al enriquecimiento del proyecto educativo nacional.