Secuelas de la Revolución
El nacimiento de un sistema político, 1920-1929
lo largo de la década de 1920, México se vio sacudido por intentos de golpe de Estado, asesinatos y revueltas populares. Sin embargo, a mediados de los años treinta, el país contaba con uno de los sistemas políticos más estables y duraderos de América Latina. En el primer libro sobre la formación de partidos realizado a nivel regional después de la Revolución mexicana, Sarah Osten examina los procesos de cambio político y social que finalmente dieron lugar al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual dominó la política de México durante el resto del siglo xx. Al analizar la historia de los partidos socialistas en los estados de Campeche, Chiapas, Tabasco y Yucatán, Osten demuestra que estos «laboratorios de la revolución» constituyeron un campo de pruebas muy influyente para nuevas tradiciones políticas y estructuras institucionales. En este libro se muestra cómo los socialistas del sureste proporcionaron un modelo para un nuevo tipo de partido que estableció un equilibrio calculado entre los objetivos de las fuerzas populares y de la elite, y entre la autoridad centralizada y la autonomía local.