Información y crisis
En nuestros días, hablar de crisis globales resulta un tema casi cotidiano. Recientemente, el mundo entero padeció la gran pandemia de COVID-19. En consecuencia, equipos de investigación especializados, para encontrar soluciones específicas, iniciaron una gran cantidad de estudios sobre la base de la información disponible en torno a temas afines. La pandemia estaba afectando la vida integral de los individuos y de las comunidades en lo concerniente a la economía, la movilidad de productos, el transporte, la educación, el abastecimiento de un sinnúmero de elementos que requiere el funcionamiento de las poblaciones. Ante las exigencias de información solicitada, era fundamental la participación multidisciplinaria.
No todos los ciudadanos tenían acceso abierto a las tecnologías. Un paso importante fue que los nodos que técnicamente podían proveer información a distancia, en teoría, tenían programados sus servicios a numerosos pueblos para que entraran en esa distribución. Al situar esos nodos en un centro territorial, algunas poblaciones quedaron más cerca de este servicio; al mismo tiempo, otras comunidades con pocos satisfactores no tuvieron acceso a esas tecnologías y quedaron fuera de la posibilidad de encarar de mejor manera la emergencia sanitaria. En este contexto, fue claro que la crisis derivada de COVID-19 nos enfrentó a realidades muy tristes y duras, tanto en nuestro país como muchos otros.
Con ello, se confirmaban las irregularidades de circunstancias sociales muy diferentes, con soluciones parciales y con diferentes visiones de prioridad en la calidad de la educación. Bajo esta perspectiva, el Seminario de Información y Sociedad consideró importante abordar y examinar una temática que se presentaba como inevitable ―las crisis, las guerras, las pandemias, los terremotos, los huracanes― e investigar desde la óptica de la información cómo podíamos cooperar para encontrar remedios a situaciones catastróficas.