Vulnerabilidades, riesgos y desastres
Los desastres se concretan cuando se conjuntan una población vulnerable y una amenaza (natural o antrópica) potencialmente destructiva, revelando las debilidades y fortalezas desarrolladas por la comunidad en su interacción con la naturaleza. Si las capacidades preventivas son mínimas ante la amenaza, aumentan los daños desastrosos. A nivel mundial, los desastres asociados a fenómenos naturales como las tormentas, huracanes, sismos y sequías son las principales causas de pérdida de vidas humanas, económicas, servicios urbanos y de patrimonio ambiental. En México, también ciertas inundaciones y sismos han desencadenado desastres con cifras económicas muy altas en las últimas décadas, pero no son la amenaza más mortal.
A partir de marzo de 2020, México hizo frente a una amenaza de origen sanitario: la Covid-19, que evidenció las vulnerabilidades del modelo de salud y de los sistemas de protección social. Actualmente es de todos conocido que la pandemia asociada a la Covid-19 representa el peor desastre en la historia reciente de la humanidad, por sus amplios impactos, al afectar a todas las personas, las economías y en general la vida cotidiana. Así, los últimos tres años han representado un desafío para todos los gobiernos en su lucha frente a la Covid-19, pero sobre todo para los sistemas nacionales de salud, los cuales no estaban preparados para enfrentar un desastre sanitario. Los modelos de salud locales se vieron superados por la magnitud de impactos de la pandemia que afectaron a todos los sectores económicamente productivos y a los de distribución de insumos y medicamentos, trastocando la vida cotidiana de la población mundial.