Reseña

Así, Casandra Mendoza, nos acerca a su propio “estilo”, lleno de enigmáticas imagines que intrigan el pensamiento y lo exponen en la línea del suspenso, hasta devorar su lectura y encontrar, al final, la insospechada sorpresa de su fantástica narrativa.
Aún, y a pesar ello, me niego a confirmar del todo que Casandra Mendoza ha encontrado ya su propio “estilo” —y creo que ella me secunda en esta afirmación—, pero sí hay una búsqueda sincera y sensata. Su oficio profesional es la medicina, pero corren por sus venas, desde temprana edad, notables muestras de una gran sensibilidad que, seguramente, le dará un maravilloso equilibrio a su proyecto de vida.
Fernando G. Castolo