Ciencia, tecnología, innovación y sociedad
Es indiscutible la relación que existe entre la ciencia, la tecnología y la innovación con la sociedad. Los cuatro elementos coevolucionan en el tiempo y espacio de manera que siempre existen interrelaciones entre ellos de muy diversa índole. Ejemplo de ello fue y sigue siendo lo ocurrido con la pandemia global a causa del SARS-CoV-2, que puso en jaque no sólo a los sistemas sanitarios de todos los países, sino que además demandó una diversidad de respuestas que tuvieron como punto nodal a la ciencia, la tecnología y la innovación.
La necesidad de recurrir al conocimiento hasta ese momento desarrollado por las universidades, los centros de investigación, las agencias sanitarias, los gobiernos y las empresas, demostró que las sociedades requieren articular sistemas de innovación capaces de solucionar problemas persistentes y emergentes.
La pandemia demostró que la ciencia es fundamental para el desarrollo de la humanidad y que el conocimiento científico es un pilar básico que permite contribuir con un amplio abanico de soluciones. Pero la ciencia no funciona de manera aislada, las posibles soluciones no dependen únicamente de los científicos, sino de los vínculos que se establecen con otros actores. Estos actores incluyen a las empresas, las instituciones públicas, los gobiernos y muy distintos organismos de soporte como las agencias regulatorias, por mencionar sólo algunos de ellos. Así pues, la ciencia y la tecnología entendida como un proceso social permiten observar que hay una multiplicidad de estructuras, jerarquías y dinámicas que se establecen entre ellos y a distintos niveles de agregación: micro, meso y macro.