Experiencias de mujeres mexicanas en la academia
El libro reúne 26 relatos únicos, aunque con rasgos compartidos. Las autoras son originarias de ocho estados de México, con ubicaciones, climas, idiosincrasias y culturas diferentes, y pertenecen a trece universidades, entre las que se cuenta una de Ecuador. Se trata de un abanico de empoderamientos para reclamar lo que estuvo presente desde la primera ola feminista: el derecho a la educación.
Aquí se integran casi tres decenas de testimonios de mujeres que llegaron a su meta y siguen construyendo su futuro. Este abanico de vidas puede enriquecerse si se indaga en otros campos de conocimiento, en otras universidades y, desde luego, en poblados pequeños como los que se mencionan en este libro (y como en el que yo nací), lejos de universidades, cerca del mundo rural, algo detenidos en el tiempo, coexistiendo en una época en la que todo parece ocurrir en las grandes urbes.
Construir lo heterogéneo es una misión que debe, ante todo, respetar espacios diferentes, tiempos desiguales y los caminos diversos que transitan sus protagonistas. Es atravesar lo que aún está incompleto, avanzando y siempre abiertos a aprender. Este libro reúne experiencias personales e íntimas, y vendrán otras que se sumarán a este tránsito colectivo por el cambio y la transformación del papel que juegan las mujeres en la academia.