La culpa la tienen los de Atenco
Este libro muestra como un fabulador que, partiendo de su experiencia vital, va mucho más allá de ella: para dar cuenta de la marginación y la soledad donde los ancianos se derrumban; para incorporar los pequeños pero terribles dramas que se gestan en la pobreza y la indefensión; para otear el futuro en relatos fantasiosos: y para rescatar las epopeyas familiares que la historiografía oficial tiende a desconocer o descuidar.